La reciente decisión de World Athletics de restringir la participación de atletas transgénero que hayan pasado por la pubertad masculina en competiciones que puntúen para el ránking mundial ha generado un gran debate en el mundo deportivo.
La medida es oficial a partir del pasado 31 de marzo, también exige que las atletas con diferencias en el desarrollo sexual (DSD) mantengan un nivel de testosterona por debajo de 2.5 nanomoles por litro (nmol/L) durante al menos 24 meses antes de una competición internacional.
Sin embargo, algunos investigadores han señalado que no hay evidencia científica que respalde la exclusión de mujeres transgénero de las competiciones deportivas. En particular, la científica Joanna Harper, miembro de la federación internacional de atletismo, ha estudiado a ocho atletas trans y no encontró ninguna ventaja física que sugiriera que las mujeres trans tengan alguna ventaja injusta en los deportes.
World Athletics ha reconocido que no hay evidencia científica para justificar la exclusión de mujeres trans de las competiciones deportivas en un correo enviado a ScienceInsider. Es importante que las regulaciones deportivas se basen en evidencia científica sólida para evitar la discriminación y garantizar la igualdad de condiciones entre los atletas.